martes, 1 de abril de 2008

Algo de Fe


¿Existe Dios? Sí, sin duda, en mi opinión o sentimiento pues no es racional, pero ... ¿Dios es uno? Cuál es el verdadero. ¿Una fuerza de Energía? ¿Alá, que para nosotros es distante y que pasa cantidad de sus fieles?, se encuentra tan encumbrado que no se entera ni de si se inmolan por él, pero le aman... Le aman tanto que son capaces de dar su vida por El, algo debe tener, ¿no? Hay otros que su vida se centra en Buda que aunque no es Dios, personifica una Filosofía de la Vida que hace que se llegue al Nirvana, que debe ser la monda ¿Habrá llegado alguien al Nirvana? Bokar Rimpoché un Lama, autor de varios libros de meditación budista , reconoce que no, nunca como Buddha. Los judíos que esperan a su salvador, mientras que los Cristianos les avisan desde la otra orilla del lago llamado “yo tengo la razón” de que ya ha llegado, comulgando ambos de una misma fuente de amor que es algo verdaderamente hermoso y que en su seno recoge milenios de Historia, recogida en todos los idiomas hasta al alemán, dejando fuera de juego de forma casi cómica, cuanto menos paradójica, el leit motiv del Luteranismo: tanta pugna contra ellos para al final darles la razón, veremos si se les llega a dar del todo, pues no sólo la diferencia se sustraía a traducir la Biblia al alemán, y qué decir del Hinduismo y otras religiones...

Expliquémoslo a un niño. Yo le diría... A ver qué os parece... Mira niño, Dios es Luz; es una Luz blanca y poderosísima, tan cegadora que si la miras sin más, puede dejarte cegato de por vida. Las distintas religiones de la Humanidad no son panacea única, sino simplemente un calidoscopio que igual que el gran vitral de una catedral, sí niño, eso, piensa en un gran vitral de Catedral gótica, la luz pasa a través de él y se transforma en colores vivos y agradables a los sentidos: rojo, naranja, verde, azul, amarillo... La luz ya no es cegadora y es agradable además a nuestra vista. Y por si fuera poco encima el vitral siempre posee un mensaje así que... Qué más quieres, es un chollo. Te da unas reglas básicas y un manual de instrucciones para que moldees tu conducta y así ... mmm ¿tengas vida eterna? Eso es una adaptación a tu entorno sociocultural, una “traducción” al idioma de tu intelecto que te acerca a esa luz, que sin ese filtro calidoscópico no podrías ni ver e incluso –y es importante la distinción, pues me refiero al Fanatismo- la luz cegadora podría perjudicarte seriamente, no no, no te haría llevar gafas, esas las llevan los que pretenden demostrar que ven mejor que tú: unos con la etiqueta de salvador, otros con la etiquetita de “yo te perdono”, otros con la etiqueta de “he visto al Señor”, otros con el mensaje de “sí es verdad, pero yo lo hago mejor”, etc., etc., etc.

Las propias “iglesias” por usar la terminología católica enumeran los parámetros por los que sus fieles deben discurrir, bajo la amenaza del castigo divino. Por algo nos llaman rebaño. La masturbación es un ejemplo de la tergiversación o mal uso conceptual. Ay… Cuántos matrimonios, familias y padres separados de la custodia de sus hijos salvaría una masturbación a tiempo.

Al principio hubo un temor absoluto a ella; primero en el plano religioso, y después en el plano médico, se consideró un pecado y una enfermedad. En un histórico libro titulado El Onanismo, el médico suizo Tissot nos ponía en antecedentes de los males asociados a está práctica. Dicho libro está lleno de muertos y vidas rotas a causa del onanismo, ya ves cuanta mortandad tendríamos por todos los lados.
A raíz de ahí, se comenzó a considerar que la masturbación y el onanismo eran términos sinónimos. Sin embargo, el onanismo haría referencia al pecado de Onán. Venga, un poco de historia sagrada no te sentará mal nene. Er y Onán eran hermanos. Er estaba casado con Tamar; así pues Tamar y Onán eran cuñados. Se murió Er, y entonces se suponía que Onán debía fecundar a Tamar (mujer de su fallecido hermano); pero al parecer Onán se dedicaba a derramar su semen sobre la arcilla y no sobre la vagina de su cuñada. Resulta curioso, como el pecado de Onán a efectos sexuales, es un coitus interruptus, algo que pone de muy mala leche, nene, pero tiene muy poco de masturbación. Sin embargo con el devenir del tiempo, todo lo que tiene que ver con eyacular fuera de la vagina (y en ese sentido la masturbación, como tantas otras posibilidades, lo es) se ha tenido por onanismo. Al final onanismo y masturbación parecen sinónimos, pero me temo que tienen poco que ver. Es más, si a eso le añadimos una política pro natalista en los períodos en que la natalidad iba de capa caída, el deshechar semen necesitaría una fuerza coercitiva moral y ... BINGO¡¡¡¡ Ahí está la idea de pecado que tanto daño puede haber hecho en su momento a adolescentes creyentes. Eso es exceso también de luz, guiñando el fanatismo. Ay... cachis... ¿ves? Una idea y se me ha ido el tiempo... Tempus fugit, volvamos a la Religión.

El debate de razón y fe ha dado bibliotecas enteras desde los inicios de la Iglesia Católica, es el blanco y el negro el binomio por antonomasia. Pero esa bipolaridad se extiende incluso al Bien y el Mal. Es curioso, que esa parte negra del mundo religioso cristiano sea el invertido del Bien. La Cruz invertida es el símbolo, junto con otros muchos símbolos satánicos, el que preside sus ritos como homenaje al lado oscuro a Satanás. Es curioso que a San Pedro lo crucificaran con la cruz al revés, como opuesto a Jesucristo, más que nada y os confieso que me hiela la sangre la reflexión, porque Pedro realmente como Pedro no es más que Petrus, que no es poco, y Petrus es la IGLESIA. Ufff.

Bueno volviendo a la cuestión inicial sobre la fe, a finales de noviembre de 1327, después de que Luis de Baviera (conocido como Luis IV o Ludovico) entrase en Italia para restaurar el Sacro Imperio Romano; acontecimientos que preceden al llamado Cisma de Aviñon[1]. Poco después del nombramiento del segundo papa francés en Aviñon (1316), Jacques de Cahors (apodado Juan XXII), que era apoyado por Federico de Austria en sus pretensiones de dominar Italia. Este último, fue derrotado por Ludovico en 1322, el papa de Aviñon excomulgó a Ludovico en 1324 y continuó en la jefatura de la Iglesia hasta 1334. El poder papal se encuentra en esos momentos en una dura lucha con el poder temporal, el papa francés defiende la teocracia y el emperador alemán no la acepta, al mismo tiempo, el papado, tiene que hacer frente a las herejías. En 1328 es cuando Luis de Baviera se hace coronar emperador en Roma, en nombre del pueblo y nombra un papa alternativo, el franciscano espiritual Pedro de Corvara, que tomó el nombre de Nicolás V, quien dos años después renunciaría y buscaría la reconciliación con Juan XXII.

En ese mismo año 1327, los franciscanos y los delegados del papa francés son esperados en la Abadía para tener un encuentro que solucione sus controversias. Corren el peligro de ser declarados heréticos por dos motivos: su insistencia en la pobreza del clero y su cercanía a las posturas que, en lugar de aceptar la subordinación del poder del emperador a la autoridad del papa (teocracia), abogaban por la separación de los dos poderes.

Serán los espirituales franciscanos, llamados fraticelli, quienes finalmente (1328) acusarán al Papa de Aviñon de herejía y se unirán a Luis de Baviera, quien nombrará a uno de ellos como papa en Roma. Es la época en la que importantes figuras de la orden, como Guillermo de Occam encontrarán refugio en la corte alemana. Pero tras dos años de duplicidad papal los franciscanos renunciarán a ella y volverán a reconciliarse con la Iglesia oficial. Guillermo de Occam es apasionante como filósofo religioso incluso en el ámbito de la Filosofía del Derecho y la idea de Justicia Universal desde un prisma ético-moral paralelo al plano religioso-dogmático, de tal forma que se las ingenia para aglutinar en el conceptus hasta lo profano, quasi herético. Pero es mi filósofo favorito, original sin tomar Platonismo o Aristotelismo como fuente arquetípica como San Agustín o Santo Tomás de Aquino hicieron.

Guillermo de Occam (Condado de Surrey 1280- Munich 1349): Filósofo inglés perteneciente a la Orden franciscana. Estudió en la universidad de Oxford. Luego enseñó lógica y teología en algunas escuelas de la Orden, pero abandonó la enseñanza para comparecer ante la curia papal de Aviñon (1324), llamado a responder a la acusación de herejía, a causa de sus obras, acusación promovida por el ex Canciller de la Universidad de Oxford, G.Lutterell, fanático que le odiaba profundamente. Huyó de Aviñon con un grupo de franciscanos críticos respecto de la política eclesiástica de Juan XXII (1328). Primero se dirigió a Italia, para seguir luego a Luis de Baviera a Munich, Ludwig, donde permaneció hasta su muerte. La influencia de su pensamiento, expuesto a través de sus obras, fue fundamental para los estudiosos del siglo XIV, y precedió a la renovación de las ideas que hicieron posible el surgimiento del pensamiento científico de Copérnico y Galileo Galilei, ya en el Renacimiento. A la hora de buscar las causas del desplome de la Cristiandad Teocrática de la Edad Media -merma del poder pontificio, críticas a la filosofía y la teología de Santo Tomás de Aquino desde las universidades, movimientos de agitación social, etc- ocupa Guillermo de Occam un lugar eminente. Contribuye a dicha caída desde un doble punto de vista: con la crítica a la filosofía, la moral y la teología recibidas del siglo XIII; y con la lucha directa contra el régimen personificado por el papado. Toda la vida de Occam estará consagrada y dirigida a desmontar las bases doctrinales y políticas en que se sostenía el poder medieval del papado. Esta lucha directa tiene nombres propios: Juan XXII, Benedicto XII y Clemente VI, los tres papas de Aviñon entre 1316 y 1352, justo antes del Cisma o separación en dos bloques con dos papas de la Iglesia Occidental. Bueno, sigamos…

La Religión tiene una fuerza determinante para con algo que sin mencionarlo siempre está en el subsuelo intelectual de su hábitat ideológico: la Muerte y lo que se esconde tras ella, en otras palabras, lo desconocido por antonomasia. Y reflejo de esa amenaza desconocida como contraprestación al pecado aparece el castigo divino en el Juicio Final y el de la vida diaria, para tenernos en guardia. Una causalidad a veces tan exacerbada que llega a desembocar en el fanatismo de la idea de castigo, a saber, la superstición pura y dura. Ahí se alimentan toda clase de temores y subterfugios al Determinismo que en muchas ocasiones lo que intentan es explicar lo que por otra vía racional es inexplicable.

Si intentamos destripar del elenco de las Religiones en toda la faz de la Tierra en busca de un denominador común, llegaremos a la conclusión de que el mismo se basa en una confrontación de un kelseniano ser y deber ser[2], pero sin embargo con esa conclusión no terminamos de quedar satisfechos. Aparece desde la oscuridad de la duda y el temor, una idea que si bien no pertenece a la ecuación enunciada o planteada tiene una fuerza tan demoledora que irrumpe en la ecuación y erige su hegemonía en la misma.

Estimados amigos ¿existiría la Religión como tal si supiéramos con certeza qué es lo que hay después de la Muerte?

Voy más allá, y mantengo la pregunta incluso con una premisa añadida, supongamos por ejemplo que la idea real es lo que dice la Iglesia Católica, que realmente es la Verdad. Es obvio que en ese caso pasaría a ser la Religión única, pero... ¿obraría igual la Iglesia Católica con sus riquezas, y premisas morales? ... Y eso que ser rico es pecado, desde -parece ser- hace poco... Mmm, pasaría a ser Religión única o los habría que ... No hay más ciego que el que no quiere ver ni más sordo que el que no quiere oir.

Si proponemos el hecho de que después de la muerte no hay nada, cabría la idea de que las religiones pasaran a ser una declaración de principios ético-morales, pero eso es una respuesta fácil y subterfugio intelectualmente pobre, pues no se centra en la pregunta que no deja nunca de encarar el carácter de religión como tal. No hablamos de morales, ni modas, ni costumbres, aunque incluso todas ellas están dentro pero como elementos marginales, así que no me vale el hablar de que sería una moral. ¿Qué sería?

Confundimos muchas, demasiadas veces, Agnosticismo con Ateísmo. Considero que se ha reflexionado muy poco aunque sí hablado sobre la admisión de un Dios Creador, lo creado es menos justificable y más inexplicable que el propio creador, ateniéndonos a la idea del Dios cristiano, en este caso, al menos como lo ha configurado la Teología tradicional. El “credo quia absurdum” es una aberratio en cuanto se pretenda convertirlo en base racional de la idea de Dios, es una dicotomía per se. La idea de Dios es coherente consigo misma y resiste el combate de la lógica en tanto se prescinda del mundo real. Si se toma parte del mismo, ya se cruzan dos planos distintos y se tuerce la exposición en la más aberrante de las contradicciones. El Dios trascendente de los cristianos, de los católicos (mi Dios, lo confieso) es incompatible con el mundo en el que vivo. Dios no se puede justificar por el Mundo, por ello muchas religiones persiguen desesperadamente la unión con el mismo (Jesús, hijo de Dios hecho hombre, profetas islámicos, la simple esperanza de la venida del Mesías a nuestro Mundo, etc) Es la grandeza de la Fe y a la vez la debilidad de la Teología tradicional. Si admitimos que el mundo se perfecciona y progresa y aseguramos que Dios está fuera de la historia, como creador del tiempo y por consiguiente de la Historia, vincular a El la idea de progreso sería tacharlo de cruel. Sólo un Dios cruel permitiría el sufrimiento, las guerras y la muerte impía de seres para que consiguieran la perfección Hasta que Dios no se justifique por el mundo, la existencia del mismo permanecerá improbada y la idea de progreso o evolución, la teoría evolutiva sin justificar. El agnóstico no acepta al Dios trascendente, porque ante la razón no satisface las condiciones necesarias para poder referirse con coherencia a El el mundo. Sería una referencia a una hipótesis imposible. La negación de un Centro para todos los referentes que sea el Dios creador nace de la imperfección de lo creado, lo cual sólo puede explicar la Iglesia católica con la idea del pecado original. Si Dios fuera suficiente, no necesitaríamos la Fe, luego no es suficiente, sino necesario. Para que Dios fuera suficiente habría que destruir al Mundo, estaríamos hablando del Dios como tercera substancia. Dios es el Mundo, sólo así es suficiente y en ello se basa per se el agnosticimo. Nada hay fuera del Mundo salvo el Mundo mismo, el hombre y su imaginación tienen sus límites en el Mundo. La imaginación que imagina algo fuera del mundo es esencialmente mundanal, pues no tiene otro referente empírico. Volvemos al meollo final: la finitud, la muerte. El paso a.... No nos engañemos con los que se llaman agnósticos, ellos per se en su fundamento ideológico ponen su Dios en el propio mundo.

Los que se llaman Ateos, lo primero que hacen prima facie es partir del referente Dios para negarlo en la concepción que tiene lo humano, pero eso no es nihilista, lo tienen como referente. Quien afirma el oscuro, es porque da por hecho que existe el blanco, aunque sea de forma implícita e inconsciente.

¿Es propio de la Fe que sea indemne, que no tenga daño? La misma, en cuanto fe, pretende salir desesperadamente del Mundo, no puede ser dañada desde la subjetividad, como ocurre con las vivencias en cuanto existen, pero objetivamente está dañada. Y ¿por qué está dañada? El mundo es dañoso y está dañado. No hay mundo sin daño, ni daño sin mundo. La fe indemne traspone al mundo y se refiere al Dios trascendente, es una malversación del mundo, un engaño. El mundo, el hombre, no tolera ese engaño y le exige que la fe se refiera a la finitud (volvemos a la idea de muerte y lo que hay tras ella). La propia Fe es dañada y renovada por el mundo. Hasta que no veamos al mundo como una finitud y nosotros mismos como finitos, el mundo será un sinsentido y un castigo, obsérvese la catalogación de la propia “Salve” católica tildando a este mundo como un valle de lágrimas y nuestra propia vida como un destierro. Aceptar a Dios trascendente supone aceptar las contradicciones del mundo proyectando la esperanza fuera de la vida, pretendemos así incluirnos en lo indemne aunque sea para un futuro mejor, “después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”

El que cree disfruta de mayores y mejores condiciones de seguridad que el incrédulo. Es la suya la seguridad que se asienta en lo intocable, en tanto que la del ateo depende de la existencia en su ámbito intelectual de la creencia de los que creen. Los agnósticos ni creen ni dejan de creer; se atienen a conclusiones inexcusables del ejercicio sistemático de la razón. El ateo es un creyente al revés, está dispuesto a creer si se produce el milagro. Santo Tomás el que dudaba de la resurrección de Jesús era un ateo de la salvación de Jesús, convertido tras poner los dedos en las llagas de su Maestro resucitado. Aparece el ateo como un creyente que espera el milagro para creer. Por todo ello, no demos lecciones los católicos a los que se llaman agnósticos o ateos, pues igual son más coherentes con la idea religiosa ellos que nosotros mismos.


Un Dios finito no trascendente sería Mundo. Enrique Tierno Galván contaba una vez que un Profesor de Física decía que en su disciplina “la hipótesis de la matemática cosmogónica era frecuente, pero que esto no quería decir que existiese Dios”. La hipótesis del milagro no demostraba para éste hombre la existencia de Dios, pues en la misma hipótesis se incluía la posibilidad de que no fuese milagro, yo diría que estaríamos ante un ateísmo activo. No hay modo matemáticamente posible de demostrar que Dios existe. Pascal decía: “si apuesto que Dios existe, apuesto a una hipótesis indemostrable, luego en realidad no apuesto por la existencia de Dios, sino por el milagro de que sea verdad lo absolutamente omnino, indemostrable” Bueno, yo añadiría de propia cosecha y como creyente que soy que también se podría considerar que de no existir Dios el Mundo, el Universo, sería per se un milagro, ¿no creéis? Así que los ateos no pueden pedir milagros, castigados a la pared; los agnósticos no piden nada, pero... si lo ven... Bueeeno, igual se convierten. Y los creyentes... “dichoso el que crea sin ver” tienen el chollo... Pero cuidado, si creyeramos por haber visto ya no existirtía la Fe, sino la propia experiencia, menudo fiasco. Por eso Jesucristo le dice a Tomás “dichoso aquél que cree sin ver”.

Y los ritos... Todas las religiones, sí, incluso las propias religiones, beben de ritos ancestrales. La Católica por ejemplo del mitraico y de otros muchos, la cruz misma es o tiene reminiscencias de la “Tau”, ¿acaso los ritos no son más que un puro reflejo de las distintas liturgias de las religiones?.

El Racionalismo del siglo XVIII es tan fuerte que irrumpe en todos los aspectos de la vida. El iluminismo crea no sólo una filosofía aséptica en el siglo de las luces, sino una escuela de vida y un arjé de la concepción incluso de la Justicia y el Derecho. Un estado de opinión generalizado en Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. Una actitud cultural y espiritual de confianza en la razón como medio para solucionar los problemas y desajustes sociales. Iluminismo, Enlightenment, Aufklärung, lumières. El Racionalismo de los siglos XVII-XVIII se vuelve pragmático, mediante la descomposición de lo complejo se llega a lo simple. Se da un optimismo racionalista. Se cree que es posible la reorganización social mediante principios elaborados por la razón inducidos, bien por la experiencia de los sentidos o bien deducidos apriorísticamente de las ideas de la razón misma.

El Derecho Natural se conoce mediante el razonamiento de ánimo sereno, pero paulatinamente vuelve de nuevo por inercia intelectual a asociar los principios de Justicia a los ético morales de la religión bien fuera la Católica, la Luterana (Thomasio 1665-1728), el cual decia “Hazte a tí mismo lo que quieras que los demás se hagan a sí mismos” , lo cual no deja de ser una inversión del principio de “amarás al prójimo como a tí mismo”; etc.

¿Qué opináis?


[1] Cisma de Aviñon: Fue el papa Clemente V (1305-1314) quien trasladó la corte papal de Roma a Aviñon, al ser un firme aliado del monarca francés Felipe IV. Con Juan XXII (1316-1334) se producen múltiples conflictos contemporáneos, cinco papas más residirán en Aviñon, siendo Urbano VI (1378-1389) el primer italiano (hace volver el papado a Roma) tras siete papas franceses, sin embargo, su programa de reformas provocó que un grupo de cardenales eligieran un papa francés alternativo: Clemente VII, que tendría su sede simultánea en Aviñon. Desde ese momento y durante dos décadas la cristiandad occidental quedaría dividida (cisma) en dos obediencias: Roma y Aviñon, lugares donde se simultanearán los papas: Bonifacio IX, Inocencio VII y Gregorio XII serán papas en Roma; al mismo tiempo que, sin reconocer a los otros y viceversa, Clemente VII y Benedicto XIII serán papas en Aviñon. Los distintos reinos se mostrarían fieles a unos u otros dependiendo de sus interéses políticos. La escisión duraría desde 1378 hasta 1417, cuando, en el Concilio de Constanza se recuperó la unidad, nombrándose como único papa al cardenal romano Martin V (1417-1431).

[2] Hans Kelsen jurista austríaco (1881 Praga – 1973 Berckeley, California)

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